Vivimos un mundo de personas rotas.
Prácticamente todas las personas sufren severas heridas en algún momento de su vida y luego viven tapando, anestesiando esas heridas, pero siempre conscientes por otro lado que están ahí.
Al no ser tratadas las heridas van “guiando” nuestras vidas a un total egoísmo. Estamos mal, y de alguna manera lo único importante es estar bien.
Las cosas giran a nuestro alrededor.
Si entramos en algún proceso de restauración o resolución de conflictos, (ineludibles para el que desee avanzar), seguiremos por un tiempo centrados en nosotros mismos porque todos esos procesos implican una confrontación personal.
Ahora, el anhelo de ser sano y feliz ¡está bien!.
Pero si logras esa salud,y esa libertad…¿qué haces con ella luego?
Porque Dios no pone gratis a nuestro alcance gozo, paz, salud y bienestar.
El precio que espera que le paguemos, es que trabajemos con El.
Así que ¿Qué hacer luego de estar sano?
“Inside, outside” canta Delirious.
Vivir para adentro, vivir hacia fuera, ¿dónde estamos?
En años de tratar con la gente he podido ver que la mayoría usan ser sanos y libres para su beneficio, y siguen adelante aumentando su propio campo personal.
El hombre por el hombre, como obtener autoayuda. Como crecer.
Humanismo metido en la iglesia, dando una mega importancia a las heridas y al pasado. Trayendo el centro de interés, en el hombre otra vez.
Dios nos sana desde adentro, para que salgamos hacia fuera, ríos de agua viva, deben brotar de nosotros.
Se trata de Dios, no de nosotros. Siempre, se trata de Él.
Y El no nos creó para estar dando vueltas a nuestras heridas.
Por el contrario permite las heridas, para que seamos fortalecidos.
Nacimos según dice Dios para ser adoradores-soldados. Un adorador da, se extiende en honor a lo que adora. Un soldado no mira sus heridas, solo sigue adelante, siempre pensando en lo que debe conquistar. Siempre afuera.
Y si descansa por un tiempo, es nada más que para curar sus heridas, y volver al frente.
La única herida que cuenta, y que sí deberíamos tener cada día presente, es la del Padre, cuando en nuestro egoísmo y orgullo la vida pasa por nosotros, y no por El.
“Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.”Mateo 22.37
Nacimos para amar a Dios y a otros, y el amor da, aun la vida, por lo que ama.
La herida que cuenta es la del Señor Jesús en la cruz. Cada una de ellas vale el precio de que no me dedique a mí misma, sino a la Misión que me fue dada.
Tenemos una Misión, la iglesia, existe nada más que para sostener esa Misión, dada expresa y claramente en Mateo “ ID y haced discípulos a todas las naciones..”Mateo 28.19
La Gran Comisión o Misión dada a cada cristiano, y por lo que existe la iglesia es hacia fuera.
Ir, hacer, formar a otros, viajar llevando Su Palabra. Unido al más grande mandamiento, que es amar, a Dios, y a nuestro prójimo, son un recordatorio diario, que me debo para lo que fui creada.
Así que se libre, reconstruye tu vida, aprende a tratar con tus conflictos, y como dice la predica que puse en el blog, permite que Dios corte tu carne y toma tu tiempo para que te sane.
Pero luego ve. Ama, ayuda, salva, habla, discípula, no te canses de hacer el bien.
Convierte el adentro en afuera.
Y no olvides, que dando , amando, es como encuentras tu propia sanidad y paz.
Cuando vas a la Presencia de Dios cada día, El te llenará más y más mientras decidas dar lo que tienes, porque es mejor ser un canal, que un estanque.
Piensa que haces con la salvación tan grande que has recibido, que haces con la seguridad de tu vida eterna. Compártelo con otros.
Allá afuera, un mundo enfermo te necesita, tienes mucho por dar, sal afuera.
La herida que cuenta, la de Jesus, te envía. El Amor sin medida, eterno y perfecto que sintió El para morir por cada uno de nosotros, te envía a otros.
Dios te bendiga y te permita ser de bendición a otros.
[youtube]FRZrXyIExFc[/youtube]
hola edith,
gracias por este hermoso escrito. Ya es el segundo que leo hoy, un día en que estoy dedicándolo a orar y ayunar, después de varios meses, bastantes, sin hacerlo.
Gracias por alentarme, por alentarnos, y por ayudarnos a poner nuestros ojos en Cristo, y en el árado que El ha puesto en nuestras manos. Todo lo demás, todo lo que El permite, es para bien, siempre¡¡¡ para formarnos, sanarnos, moldearnos, para luego poder usarnos mejor, y para enseñarnos como tu dices, a vivir para fuera, no para nosotros mismos… Para El, en primer lugar, y para los demás.
Dios te bendiga este día¡¡¡
un abrazo