El amor
El amor

El amor

Hablábamos en «Hacer, tener o ser»  sobre la forma en que mundo nos rotula por lo que hacemos o tenemos, y que no nacemos ni para hacer, ni para tener; sino para ser.  Y hoy quiero hacer  dos aclaraciones sobre el tema.
La primera es que aunque no nacemos para ello, hacer es una consecuencia natural de lo que somos (nótese el orden por favor… primero ser, luego hacer). Por ejemplo el creyente no es salvo por obras pero sí para hacerlas, en otro orden opuesto quien delinque «hará» cosas malas porque es lo que primero decidió «ser» en su corazón.  Con respecto a «tener» es inherente al ser humano tanto tener como acaparar y acumular, pero todo eso tiene que ser puesto en las prioridades y perspectiva correctas. Primero trabajar por ser lo que debemos ser, luego hacer y tener como una consecuencia de lo que somos. Lo que hacemos y tenemos entonces muestra para bien o para mal cuánto hemos trabajado o descuidado nuestro «ser».
La segunda aclaración es que hay una sola cosa que debemos «hacer» para poder «ser» lo que fuimos creador para ser, y es amar.  Amor como verbo no como sentimiento, ya hemos hablado de esto en los artículos que relaciono al pie.  La orden mayor de Dios que resume todos sus mandamientos es esta: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a tí mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos»Marcos 12.30-31
Ahora, esta orden implica un verbo que se debe conjugar correctamente: Es «yo amo» no «yo quiero ( que el otro me dé esto, sea esto, y etc.) ni «yo necesito». La segunda  persona  del mismo verbo se conjuga  «tú amas» no  «tú me amas» ni «yo amo para que tú me ames». Lo que estoy intentando explicarte que el verbo amar no tiene nada que ver con lo que yo quiero o necesito, lejos de eso amar es dar. También a nosotros mismos, nuestra persona no debe ser excluida porque aunque la oración de la Biblia la invierte, hay que prestar atención al «como a tí mismo», ese «como» es requisito para lo anterior, o sea que va primero. Míralo así: el amor ordenado por Dios es un ángulo de 90 grados, en el centro del ángulo estamos nosotros; hay una línea vertical del amor hacia Dios y una horizontal hacia los demás. Yo soy el centro del ángulo, si no me amo, cuido y protejo no podré hacerlo con los demás, porque un ángulo es algo preciso: tiene sus dos líneas y sin centro no hay ángulo. Y aclaro que amarse correctamente no tiene nada que ver ni con el egoísmo, ni el narcisismo ni con el humanismo dónde el hombre es el centro del universo; amarse es darse a uno mismo también el lugar, tiempo y cuidado correctos.
Este «amar»  que tenemos que hacer sí o sí para poder ser, tampoco es el amor al que se refieren las personas cuando tienen un hijo o se enamoran o demás, sino que el amor que Dios ordena es un amor a Su medida. El amor para Dios es Su estilo de vida ( o Zoe) y su esencia, (porque Dios ES amor) así que ejecutar el verbo amar nos permite ir incorporando identidad y estilo de vida, y eso no es poco. Para acceder a este tipo de amor y llevarlo a acciones debemos entender el amor como Dios lo ve, lo creó y lo retrató en 1 de Corintios 13

  • El amor es sufrido y paciente. Esto contradice rotundamente los que muchos dicen sobre que el amor no encierra sufrimiento. El amor real sufre y hace sufrir, porque el dolor es parte del proceso de amar. Nos duelen las heridas de los que amamos, nos duelen las ofensas y ofendemos y lastimamos también. Porque en el amor hay puertas abiertas al otro, no nos duele lo que ocurre con gente que no nos importa, sino con quienes amamos. El amor es sufrido porque cubre al otro, porque habla aunque duela y calla aunque cueste. El amor es sufrido porque perdonar cuesta muchísimo y pedir perdón aún más. El amor es sufrido porque prefiere dejar libre a quien decide irse que amarrarlo con amenazas o manipulaciones. El amor es paciente porque aprende a esperar, y a trabajar cada día en lo que ama.
  • El amor es benigno. La naturaleza del amor es buena, y nos hace buenos, nos hace mejores personas. Como el amor es bueno, confía en el otro, y aunque el otro falle confía en lo que hay en su interior. El amor es tan bueno que puede confiar en las peores circunstancias, logrando así que quien es amado con tal amor se levante de sus caídas por la confianza del otro.
  • El amor no es celoso ni envidioso. El amor verdadero no mira el jardín del vecino, ni la mujer  u hombre del otro, ni salta de cama en cama, ni se preocupa de enlazar  lo que ama, porque el amor no es envidioso. El verdadero amor nos hace libres, y desde esa libertad elegimos al otro y lo reelegimos cada día, como amigos, como pareja, como hijos, como padres. El amor  no es celoso, porque entiende que el otro nunca nos pertenecerá  por tanto no podemos reclamarlo, nada es nuestro así que amar es elegir caminar con otros y no «tener» a otros.
  • El amor no es jactancioso ni orgulloso. El amor real no ostenta al otro como un adorno ni se jacta de lo que da o lo que tiene ( ya dijimos que nada es nuestro).
  • El amor no hace nada indebido, no busca lo suyo, no es rudo. Esta consideración es clave para hacer frente al abuso. El amor NO hace nada indebido, NI BUSCA LO SUYO, el abuso es justamente vencer los límites del otro por conseguir lo que se busca, el amor no lo hace, por tanto amor y abuso se autoexcluyen. El amor real respeta, límites, tiempos, la esencia del otro y la propia también.
  • El amor no se irrita ni guarda rencor.  Todos nos enojamos y más con quienes amamos, pero el amor real perdona, y pide perdón. Quien pretende amar realmente aprenderá a ceder en su frustración y hablar sus enojos hasta resolverlos. El amor real no saca una lista de reproches cada día ni los anteriores menos. Te podría decir que el amor, disfruta de amar.
  • El amor no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Esto contradice seriamente la mayoría de los usos y costumbres de hoy en día atribuidos al amor. El amor dice la verdad siempre, los adulterios, traiciones y silencios no caben en el amor real. El amor habla y dice de lo suyo siempre, no lastima al otro con silencios cargados de mentiras y ocultamientos. «Fieles son las heridas del que ama más que el beso del traidor», la verdad nos lastima a todos, pero es requisito del amor. El amor también busca lo justo, nunca entenderé ni los contratos prenupciales ni los divorcios dónde los que decían amarse pretenden dejar al otro en la miseria o quienes tuvieron a sus hijos por amor luego no se  preocupan más de ellos sólo porque se divorciaron de sus conyugues, como tampoco entiendo a los hijos que terminan relaciones por ir tras una herencia que no trabajaron para conseguir. El amor es equitativo, es responsable y se hace responsable.
  • El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.  El amor pasa por las crisis y las peleas y sale victorioso y fortalecido. El amor cree en el otro aún en los peores momentos. El amor todo lo espera, todo lo soporta…. Así nos ama Dios, que sufrió lo indecible enviando a morir a Su Hijo a Su Hijo, que nos espera a diario a ver si algún día nos volvemos a Él, que nos soporta todo, que nos perdona siempre… y como fuimos hechos a Su semejanza, debemos hacer lo mismo.

Porque el amor… «nunca dejará de ser». Y finalmente hacer y ser se funden en uno.  

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Texto: Edith Gero
Imagen: ArtLeo/vía Banco de Imágenes Gratis

5 comentarios

  1. Yo soy Cristiana. Tengo mucha fe en Jehová El único es El. Pero estoy pasando por un caos sentimental horrible en mi vida, se que hacer no busco respuestas. Lo que pasa es que es mas fuerte que yo lo que siento. Y x mas que pido a Dios no es que no me escuche es que yo no hago suelo posible xq este espíritu salga de mi…. Xfabor espiritual ment pido ayuda!! Urgente gracias

  2. Blas

    El querer hacer el bien, está en nosotros pero no el hacerlo. Pablo lo expresa muy bien en Romanos: Porque lo que hago no lo entiendo, si no lo que aborrezco, eso es lo que hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo si no el mal que obra en mi…Todos deseamos estar libres de las heridas que nos embargan del pasado, del presente… y que te hacen mirar con cierto temor en muchas ocasiones situaciones futuras en las que pueden desembocar tiempos o situaciones actuales, porque no todo depende de uno, y aunque así fuera. Solo una transformación del Cielo nos puede liberar de la miseria que todos llevamos dentro y cuyo resultado es el estado actual del mundo, incluso de las llamadas «Comunidades de Amor Cristiano». Por nosotros mismos nada podemos, Es verdad: No depende del que quiere ni del que corre, si no de aquel del que Dios tiene misericordia. Enhorabuena por vuestra pagina.
    Un saludo. Blas

  3. lola

    Tengo una hija con mi pareja duramos viviendo 2 años y por falta de estabilidad mía laboral se acabo la familia y yo quiero regresar con el darle un hogar a nuestra bebe que debo hacer ?

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