Crónicas del desierto.
Crónicas del desierto.

Crónicas del desierto.

No nos gustan los páramos desolados, ni los problemas, ni la lluvia en la carretera que desdibuja el camino.

Tendemos a creer que todo está bién y no hay nada por hacer cuando estamos en tiempos de pastos verdes. Y que cuando somos llevados al desierto, todo está mal.

Vamos  a hablar de los desiertos, pretendiendo darte otra mirada, a qué es un desierto, y para que fue creado. No te pierdas la magnífica oportunidad de salir del próximo desierto, capacitado, y fortalecido.

«Mientras la tierra permanezca, no cesarán la  sementera y la siega,el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.» Génesis 8.22

Todo estaba bien para febrero . De repente podía sentarme en el jardín y ver madurar las uvas perezosas y rojas bajo el sol del estio.

Mi pacto principal con mi Señor se había cumplido …»déjame vivir para poder cuidar de mis hijos » le supliqué. Mi hija mayor, el sol de mi casa ya se habia casado luego de meses tormentosos, plagados de una mano quebrada, operaciones, dificultades por todos lados, pero finalmente, radiante y bellisima,  ella fue a pactar con Dios y con su esposo.

Mi hijo menor tambien habia puesto fecha de casamiento,  y el tercero crecía en su  genio musical . Todos brillaban con luz propia, y mucho mayor que la mia, habia lanzado las flechas, y llegaban mas lejos de lo que supuse aun.

Podía sentarme con una sonrisa mirando las hojas del verano hinchadas de soly agua…

Tal vez no debí haber bajado mis defensas. La tormenta de arena barrió con todo sin aviso, y de repente, me encontre viendo a mi alrededor, nada mas que arena .

El desierto se habia instalado sin aviso.

Ya no habia tiempo de pensar, todo estaba mal, tapaba un hueco y se formaba otro.

Las dunas interminables lastimaban mis ojos. Mi piel ese tiempo siempre estaba seca, no importa cuanta crema le ponia.  Lo sobrenatural siempre tiene consecuencias en lo natural.

«Dios mío, porque me has desamparado » clamó el Señor en la cruz.

Por unos dias clamé eso, luego cai en la cuenta, que tal vez Dios no me habia desamparado, tal vez me habia llevado al desierto por algo en especial.

Si yo no dudaba de Su amor…. me llevaba alli para probarme? para castigarme? solo para formar mi obstinado caracter?….

Pasaron meses donde busque mis fallas, me someti a Su microscopio y Su fragua de cambio.  Pero el desierto no cedia, la sed ya amenzaba deshidratarme, me sentia tan seca que creo que jamas habia visto agua siquiera.

Todo me molestaba, todo me irritaba.

Y aparecieron los espejismos. A ver si entendemos, en el desierto no  hay agua….!Igual, cuando la arena quemaba en el Yunque del sol, corría como loca hacia lo que parecía agua, solo para frustrarme aún mas.

Si te suena conocido, aprendamos juntos a no correr a los espejismos, ni «empujar» nuestra salida del desierto. No saldremos un segundo auntes, de lo que Dios ha dispuesto, así que , aprovechemos a fondo la estadía .

No elegimos los desiertos, ni podemos hacer nada para eludirlos. Si has recibido a Jesus, El cada tanto nos llama a las arenas de soledad, sencillamente porque nos ama, y nos atrae a Si mismo, y cuando el diario afán y el hacer nos absorben, El instala el desierto, para que solo lo veamos a El. En el desierto no se siembra, no hay nada por hacer, salvo mirar el cielo y conversar con el Dios Eterno. Cantarle, darle honor,  y Dios seguramente sonríe, porque encontró una manera, de que solo El nos preocupe.

Ahora, si eres cristiano y Dios te ha puesto en un desierto, la principal razón de que estés  ahi es que Dios quiere estar contigo, pero que tú veas eso, y te rindas a eso, será tu propia decisión.

El Espíritu nos anhela celosamente dice Santiago, si El te llama, no mires tu sed, deja que esa sed, se mude en sed de El, afina tu oído para escuchar como El te llama, como desea amarte.

El desierto, se trata de EL, no de tí. No es a nosotros lo que tenemos que mirar, ni a nuestra interminable lista de reclamos, necesidades y fallas que Dios conoce perfectamente. Se trata de EL. A ver si logramos parar un momento de vernos a nosotros mismos, y podemos fijar, nuestros ojos en El .  A ver si podemos callar, y tan solo oir.

¿Adónde se van todos en el desierto? no sé, pero desaparecen. Aún en medio de miles, nos sentimos absolutamente solos.  Es Dios, cortando nuestras anclas, nuestros retenes, para que solo le miremos a El.

Que ciegos somos, siempre corremos a preguntarle a alquien porque , y pedir oración y ayuda. Mientras  el Dios de los desiertos, aguarda por nosotros en el desierto, que creó,  para estar a solas con nosotros.

¿Porqué todo sale mal en el desierto, y todo es problema tras problema? Porque los seres humanos tendemos a tener cientos de bastones, muletas y cosas en las que nos apoyamos. Desde el «solo puedo» y mi propia omnipotencia , a los «economicamente ya la hize» o mil cosas más. A Dios le es preciso cortar esas cosas, para obligarnos a clamar a El. Pero,  si tú atraviesas un desierto, no te quedes en clamar, vé por más. El secreto está mas alla, Dios no te ha buscado para que clames, te ha buscado y apartado, porque te ama, y desea estar a solas contigo.

El desierto es un tiempo de dejar de «hacer» , donde ya no se puede «sembrar» ni cosechar, ni avanzar demasiado, pero si se puede rendirse.

Cuando dejamos de buscar culpas  y soluciones, y nos inclinamos, y solo decimos «aquí estoy mi Señor, hagase en mí Tu voluntad. Sé que has esperado largo tiempo por mí, perdóname por no entenderlo, aquí estoy, me abro a Ti»

Entonces Su obra de amor, redentora, sanadora, comienza. Su Gracia nos inunda, y un río de agua brota, en pleno desierto.

Arrodillados delante del  Eterno  y Majestuoso Dios, incapacitados de levantar siguiera los ojos frente a tal Luz que llena todo lo visible, sentimos que nos corta y opera con Su Poder,  y nuestro ser es transformado y  capacitado para nuestra vida eterna.

El desierto  es el Campus de la Universidad Privada del Espíritu Santo.

Y dependiendo  de tu elección , saldrás en Su poder, o destruido de tanto contender con Dios.

«mala cosa te es dar coces contra el aguijón». dice laBiblia. Las batallas del desierto se ganan rindiendo nuestra espada frente al Poderoso Dios.

Somos almas eternas, y en esta corta etapa de la vida humana, Dios necesita formarnos para nuestra eternidad. Todo lo que decidamos aquí, afectará nuestra eternidad. El Gran Alfarero precisa moldearnos para llevarnos de vasos de barro, a vasijas de honra. Dice   «Más antes oh hombre ¿quién eres tú para que alterques con Dios? ¿dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?.» Romanos 9.20

Crecí viendo en la fábrica de cerámica de mi padre como el barro, se transformaba en hermosas piezas.  Llevaban dos cocciones a temperatuas altisimas, para que la fina y preciosa cerámica quedara terminada. Igual que en la fragua , el alfarero somete su pieza  al calor insoportable, donde el fuego producira la forma y color deseado.

En el Yunque del Sol de cada desierto , el Dios del universo  te formará y mejorará tu vasija.

Hay vasijas que salen falladas del primer proceso de formado, así que se reciclan de esta manera. Se la coloca en un molino de durísimas piedras de cuarzo, que la reducirán a polvo… una vez vuelta al original, la arcilla sera puesta en barriles con agua para ser humectada, luego pasará a una prensa donde el exceso de agua será quitado y finalmente , a otra máquina que volverá a apretarla para que llegue a las manos del alfarero.

Aplicalo a tu vida, como dice la Biblia, y piensa, que el proceso sera inevitablemente doloroso. Y que ese dolor que sentirás al ser alejado, prensado, molido, y puesto bajo un calor infernal, es necesario.

Llegar a la eternidad, y vivir en la «Ciudad de Dios» no es un fin menor, es una elección de pagar el precio de ser capacitados para entrar.. Dios necesita trabajar en nosotros para que seamos aptos.

Y apenas salgas del desierto, apúrate a sembrar, hasta que Dios te llame otra vez. Aprendamos a vivir en Sus tiempos. Los pastos verdes son tiempos de siembra y cosecha. Siendo diligentes en eso, y entendiendo los tiempos.

Tengo una última palabra, para los que aún no tienen a Jesus en su corazón, o por razones del camino, decidieron dejarlo. Para tí, el desierto es un Dios que te busca, te persigue, y no te dejará, hasta que te encuentre. No importa cuanto quieras intentar huir, El te hallará. Si te sientes presionado por todos lados, la sensación que tienes es absolutamente real. Es mi oración que hoy, te dejes alcanzar por Dios, y hables con El, de frente a Su Presencia, pidiendole perdón por haberle dado la espalda, y comprometiéndote a  que Jesús sea el rey de tu vida.

4 comentarios

  1. Gracias por tan hermosa palabra Desierto, es verdad, estar en el desierto es inmensamente torturador, es allí donde sabemos que solo contamos con Jesús, y que él nos ha llevado a ese lugar aparentemente llenos de toda alimaña, corremos cuando tenemos fuerzas, gritamos ante el dolor de sabernos solos, y es cuando sentimos su presencia, aveces no la sentimos pero Él está con nosotros cruzando las grandes playas de arena, y es Jesús quien nos ayuda llevándonos en su espalda, Él nos alimenta, nos conforta y nos llena de fortaleza para resistir todo. Y así seguimos hasta que nos lleva nuevamente a sus pastos verdes para comenzar a sembrar y cosechar.

    Ahora se que debo apurarme a sembrar para cuando Dios vuelva a llamarme.

    Infinitas gracias.

  2. LORENA

    Bendnitas palabras que Dios ha usado para hablarme, largo y dolorosamente, ya q mi desierto lleva varios años y parece no tener fin, bendigo a Dios y agradezco, q aun en este mi ya largo desierto siga conmigo , cuidandome y amandome de modo q no permita que me vaya de su lado te amo Padre.

  3. niurka cortes

    palabra por palabra, todo tiene que ver conmigo es la primera vez que entro a esta pagina y entre tantas meditaciones escogi esta al azar y esta hablandome a mi. Es duro, no es facil lo que estamos pasando, pero se que Dios siempre tiene cuidado de nosotros, y ahora no puedo verlo, pero se que esta ahora mismo aqui conmigo diciendome que espere un poco mas, que el tiene el control. Te alabo Padre, por usar a esta persona para hablar a mi vida. Espero en ti Dios, y se que esto tambien pasara. Gracias Jesus.

  4. Edith

    Hola Niurka, bienvenida. Te espero por la casilla del centro de consejería, para que puedas contarme y aliviar tu corazón del peso. Nos vemos por alli, hay mucho por compartir sobre los desiertos. Un abrazo. Dios es fiel.

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