La miel de la mañana.

Salía de mañana al jardín cuando sentí algo extraño en el aire. Aguzé mis sentidos y lo que identifiqué, me arrancó una sonrisa.

Era un fuerte zumbido, al levantar la vista ví que en el nuevo árbol de mis vecinos que invadía sobre la medianera, había cientos de abejas libando en las flores.

De inmediato fue como una sonrisa en mi corazón, volví a transportarme a mi infancia en el parque donde mi abuelo tenía la cabaña, y las colmenas. Mi recuerdo estaba impregnado de la visión de la miel dorada y cristalina cayendo sobre la centrifugadora.

La miel impregnaba todos mis sentidos. Se recogía temprano por la mañana, cuando las abejas iban a su trabajo en las flores. Y al poner los panales para extraerla, yo recibía como un premio, un pedacito de panal al que extraía su dulce secreto .

La visión de las abejitas bastó para dar gracias a Dios, por tantas pequeñas cosas que El ha hecho para que yo disfrute.

¿cúanto vale una sonrisa para tí? ¿cuánto necesitas para parar tu agitada vida y dedicar un momento a disfrutar?

Dios ha creado miles de cosas en este mundo maravilloso, inquietantemente hermoso, solo para que las disfrutes. El mismo , anhela que lo disfrutes a El, a tí , a los demás. A cada detalle que pone delante tuyo, solo para ver si por casualidad  , lo descubres.

Pero, solo las miradas enamoradas descubren los regalos del Amado.

Los pequeños secretos entre quienes se aman.

A veces salgo al jardín y hago un recuento, que flor nació, cual se marchitó. Un helecho había muerto en unos días de descuido, pero volvió a renacer. Y su primera hoja brotando entre tallos muertos, desafiantemente verde, llenó de alegría mi corazón.

Esa hoja era algo autenticamente mío entre Dios y yo. Un secreto entre ambos, yo descubrí Su regalo y mi corazón sonrió.

De nada sirve salir de vacaciones, si en nuestra mente seguimos corriendo.

De nada sirve ni tener ni perder, si la queja es lo preponderante en nuestros días.

Se puede, vivir intensamente lo que toque vivir, aún el llanto, y descubrir disfrutar también la libertad que nos fue regalada de poder desahogarnos en paz.

«La miel de la mañana» es el título del último artículo de mi libro «mentes en lucha» que sino has leído aún, te invito a pedir en mi correo. Fue escrito años luego de terminar el tema de la batalla diaria por la mente. Respondiendo a la necesidad de miles y a la mía propia, de poder salirme de una mente atormentada  y poder aprender a disfrutar la vida .

Tal vez cada día, haya un problema nuevo. Pero es nuestra decisión, como enfocamos el día.

Inténtalo, no siempre yo lo logro. Pero si peleo por ello. Y hay momentos, deliciosos, únicos, dónde puedo abstraerme en mi ser un momento, aún en medio del bullicio, y volar, al Jardín de Dios,  y ver otra vez, la dorada miel de la mañana