Nuestra relación con el dinero
Nuestra relación con el dinero

Nuestra relación con el dinero

«de Dios es la tierra y su plenitud.  El mundo y los que en él habitan.» Salmos 24

Dinero. Los que no lo tienen no duermen por no tenerlo, los que lo tienen no duermen por tener más. El dinero mueve el mundo dicen por ahí.  ¿Pero cuánto nos mueve a nosotros?
La vida toda es relaciones. Con personas, con situaciones, con cosas.
Este artículo se propone provocar una mirada exhaustiva sobre la actitud diaria que tenemos hacia el dinero. Y cómo nos relacionamos con algo ¡que no es nuestro!…

01/02/2011. La crónica matutina habla de la inspección de la Federal de Impuestos a una cerealera cuyos ingresos se estiman en millones de dólares , dónde los trabajadores viven en condiciones infrahumanas.   El tráfico mundial de mujeres y niños para su explotación es una constante en una civilización degradada que destruye vidas por mayores ganancias.Los empresarios se vuelven tan frios que consideran una molestia al que pide algo. El rico elige su exclusividad, el pobre toma lo que se le dá,  lo usado o el descarte.

Cuando entra a tallar la cuestión dinero, las relaciones se complican. El amor se cambia por acuerdos prenupciales, divorcios con juicios millonarios y una busqueda permanente de quedarse con lo más posible. Quitar es el tema.

El pobre se relaciona con el rico buscando una salida a su necesidad. Y el rico busca ser más rico aún. Entre ambos el del medio busca su lugar, espacio que por supuesto deberá pelear, a veces con uñas y dientes.   Todos escondemos nuestro endeudamiento con verguenza, para mantener un nivel que no podemos, pero queremos. Y solo publicamos con números y cifras, los aciertos económicos. Nuestro ingreso mensual queda marcado  como si fuera nuestra misma identidad. Y claro, buscamos relacionarnos con gente de aún mayor poder económico.

Reunirse con empresarios es un orgullo, cultivar su amistad un privilegio. Pero ¿quien busca la amistad de alguien que vive en la calle para conocerlo y valorarlo? .  A la gente pobre se la trata con lástima, al que tiene con respeto.  Los ricos desconfían de su alrededor para que sus bienes sean  protegidos.  El pobre es libre, pero se afana por alcanzar  riqueza.

¿ Qué nos dijo el Señor en Su Palabra para dar luz a esta competencia mundial  extrema por un lugar en la sociedad? Cuando el rico le preguntó a Jesús que debía  hacer,  Jesús le dijo «vende todo y repártelo a los pobres». El rico se fue entristecido, decidió no hacerlo.

Hablamos tanto pero a la hora de actuar veo  líderes de todo tipo ávidos de dinero y posición. «Raiz de todos los males es el amor al dinero» 1º de Timoteo 6.10.

Nuestro valor en el mundo está dado por lo que hacemos, y no por lo que somos. Por tanto, si hacemos mucho ( especialmente dinero) somos . Se rotula a la gente por cuánto dinero tiene, no por su esencia. Y en ello perdemos ver la maravilla y corona de la Creación que es ese ser que tenemos enfrente, tan pobre y mal vestido como puede  estar. Que seguro sufre por no poder alimentar a su familia, o tal vez ya la perdió por no tener dinero.

Cada vez que busqué trabajo, cajas de alimentos, o lo que fuera en tantos años dificiles encontré la misma mirada superior de quienes creían  «hacerme el favor» de darme trabajo. Cuando lo que tienes delante es una oportunidad de compartir, ayudar y dar.

Cuando alguien con un problema está frente tuyo, es una oportunidad para tí, no una solución para él. A él, Dios lo ayudará igual, porque está con el pobre. ¿Y a tí?

Buscar requisitos para compartir un dinero que no es nuestro, es fruto de un corazón duro y materialista. Nadie es pobre porque quiere, o porque «algo habrá hecho». La vida es dficil, el mundo entero hoy está endeudado.  Nadie nace con un manual de economía bajo el brazo. La mayoría de las personas luchamos palmo a palmo a diario por nuestra subsistencia, pero la vida es dificil. Las oportunidades no son muchas.

-«Ah yo no le doy a aquel porque seguro es ladrón, y además mirá las zapatillas que trae». dicen tantos por ahí escudando su egoismo.

«Mía es la plata y mío es el oro , afirma el Señor Todopoderoso» Hageo 2.8 NVI.  ¿Qué parte de estas contundentes afirmaciones del Creador no hemos entendido? ¿Qué es nuestro? te diré: NADA.

Tratemos a los demás como iguales siempre, no como menores o mayores. Con respeto claro, pero como a las almas eternas que somos todos. Y entendamos que  nada es nuestro. Solo somos ADMINISTRADORES DE SU DINERO.   Administradores pasajeros de cosas regaladas por un Cielo generoso que desea derramar todo tipo de abundancia, pero no encuentra corazones con la actitud correcta.

El valor más importante para Dios , es la gente. Y si nuestra actitud hacia los demás se rigue por el dinero, no estamos viendo a los demas con los ojos de Dios, y erramos.  Lo que posee materialmente una persona jamás podrá definirla.

Yo hice un gran amigo cuando me restauraba, tal vez el primer amigo que tuve al volver del valle de muerte.  Su increible humor me hacía reirme sin parar mientras caminábamos  por horas en las noches cuando salíamos de los grupos de restauración. Yo estaba bién economicamente en ese momento, él venía de un episodio tremendo en su vida y había pasadoun tiempo en la calle. Dificilmente alguien haya tocado mi corazón con sanidad como ese hombre.  Aprendí tanto de él, de su actitud hacia la vida. Despúes de pasar un infierno personal seguía riéndose y sacándonos sonrisas. Aún cuando muchos lo juzgaban por no tener nada , él todo  lo compartía. Si me lees, ¡gracias Carlos  por tanto que me enseñaste!

El día que detuve mi cansancio de la jornada laboral para sentarme en el suelo al lado de un niño que lloraba acurrucado entre dos edificios  recibí críticas claro.  Pero yo ,no solo le dí al niño  el dinero que le habían robado y por el cual recibiría golpes si no lo llevaba, también lo escuché, oré por él y me sentí privilegiada de hacerlo.  No sé si yo, merecía tal honor.

No fue una, la vez que hospedé en mi casa a gente en problemas, o que no tenían donde dormir.  A alguien que dormía en la calle, lo tuve días en casa, también lo llevé a un concierto de música clásica. No siempre puedo, casi nunca en realidad porque hay tanta necesidad cada día, pero el tema es revisar a diario mi actitud.

Si alguna vez me pregunté porque tuve tanto dinero y luego fui tan pobre que tuve que pedir ropa y alimentos para sobrevivir, hoy lo considero mi mejor escuela de actitud.  Recuerdo bién cada cola que hice para pedir un remedio gratuito ó esperé horas en un hospital estatal con un hijo gravemente enfermo en mi regazo.  Tantas  filas conteniendo las lágrimas donde aprendí a rendir la verguenza. Y salí aprobada. He pedido tanto, que ya ni la cuenta llevo.

Hoy mientras tengo, doy.

Nunca me dolío no tener, porque nunca dejé de sentirme iguamente hija de Dios  ni dejé de sentirme yo misma. Me dolía el desprecio y la superioridad con que fui tratada.

Hoy si tengo doy. No con lástima, sino compartiendo.  Por años recibí de mi familia cajas de comida. Siempre compartí  la mitad. De todos los regalos que recibo vuelvo a regalar una parte. Que honor es regalar algo nuevo… algo de valor. Derle  a alguien algo que yo quisiera para mí. Entendiendo que nada es mío. Y que al que más se le dá, más se le exigue.

El libro de los Hechos relata que los apóstoles vendieron todo y tenían todo en común. » para que a ninguno le faltara». David Platt, en su libro «Radical» nos confronta  entre otras cosas con esto. ¿ Qué vamos a  hacer? ¿ vamos a ser como Jesus nos enseñó a ser,  o haremos un Jesus a nuestra medida?. Volver a Hechos, a los mandamientos originales, al pleno ejercicio de la Palabra de Dios.

Si el dinero fuera importante y no «la raiz de todos los males» , ¡Dios sería codicioso! . Más El, en su eterna, maravillosa e inescrutable generosidad, nos entregó Su tesoro, Su Hijo amado, Su Unico valor , para que lo hiciéramos sufrir hasta la muerte.

Si el dinero fuera importante, Dios no nos hubiera dado a Su Niño para ser salvos de la ira  que vendrá y la destrucción que merecíamos.

Hay  empresarios que piensan que toda persona tiene un precio, son objetos comprables como me dijo una vez alguien cuando discutíamos mi postulación a un cargo en su empresa.  Le contesté:-«Pues mire usted, está viendo a la primer persona entonces cuyo precio usted no puede pagar. Porque ni idea tiene lo que vale la vida. No acepto la propuesta , tenga usted buenos días, y0 no estoy en venta».

Todos tuvimos un precio de sangre, uno solo. Y ya fue pagado por igual para todos.

¿Qué valor le damos a la vida?

¿Realmente tenemos o no un precio?.

¿Cuánto vale una persona para que la tratemos como si su tiempo pudiese ser comprado?

Si yo trabajo, mi trabajo (no yo) vale un precio mensurable. Pero mi tiempo, mi privacidad, mis sentimientos, mi sexualidad, no pueden ser negociados.

Si nada es nuestro, y todo lo que tenemos son recursos a administrar, pronto el Gran Administrador vendrá a pedirnos cuenta de cada cosa, porque una a una están siendo escritas en el libro. De cada  expresión motivada por el dinero que le quitó valor a otro, daremos cuenta

Hay un personaje muy visto en la televisión por estos días, que es tan rico que compra sus amigos  y  sus mujeres y luego las descarta como si tuvieran «obsolescencia programada». Pobre ser… que  no tendrá palabras frente al Creador cuando llegue su turno de rendir cuentas.

He visto naufragar las relaciones tantas veces cuando el dinero entra a tallar.  Saca de nosotros el lado oscuro, la avaricia, la codicia, el anhelo del poder que trae el dinero.

Pronto ya no habrá más «oportunidades de negocios» ni de «transacciones especulativas». Y será tarde para revisar que estamos haciendo. La historia se está cerrando.  Y el fin de los tiempos llegará como dice la Biblia, mientras » estaban comprando y vendiendo»

Por eso , revisemos hoy.

Estar arriba o abajo en la escala social. Del lado de afuera o de adentro de una empresa. En el sillón del director o en el cordón de la vereda, son etapas de la vida. Hoy puedes estar en un lado, mañana en otro.  Dios nos forma de diferentes maneras. Pero seguimos siendo  almas eternas, el mayor valor asignado en el Universo.  El Creador puso sueños de eternidad y gloria en cada uno de nosotros. El no hace acepción de personas.

Si nada es mío y todo me fue «prestado para administrarlo» debo cuidar más como me relaciono con «Su» dinero.  Ayudar a otros, dar oportunidades. Tratar de que los demás lleguen mucho más lejos de lo que yo llegaré jamás.  Considerando a los demás en lo económico como flechas que puedo enviar, tan lejos como sea posible, para que vean ese horizontes que ni en sueños puedo alcanzar yo.  Cree en otros, cree en los demás. Mira lo que pueden alcanzar no lo mucho que les falta.  Y si vas a dar, dá con amor, compartiendo. Dá con alegría, habiendo entendido la oportunidad.

El tema no es dar todo lo que tenemos , el Señor nos instruyó que si tenemos dos, demos uno. El tema es compartir, revisar nuestra actitud y valores. Y siempre, cada día, mantener nuestro corazón en el Señor.

El apóstol Pablo nos dice: «Aquí va mi consejo sobre lo que conviene en este asunto: El año pasado ustedes fueron los primeros no solo en dar sino en querer hacerlo. Llevan ahora a feliz término la obra, para que según sus posibilidades, cumplan con  lo que de buena gana se propusieron.  Porque si uno lo hace de buena voluntad, lo que dá es bien recibido segun lo que tiene, y no según lo que no tiene  No se trata de que  otros encuentren alivio mientras que ustedes sufren escasez; es más bién una cuestión de igualdad. En las circustancias actuales la abundancia de  ustedes suplirá lo que ellos necesitan, para que  a su vez la abundancia de ellos supla lo que ustedes necesitan. Así habrá igualdad. Como está escrito: «Ni el que recogió mucho le sobraba , ni al que recogió poco le faltaba». 2º de Corintios 10 al 15

Por : Edith Gero.

Imagen:» Good night nice» from Amazing Lansdscapes by José Luis Herrera, Banco de Imágenes

 

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3 comentarios

  1. Jorge Arana

    Muy edificante, precioso mensaje, el volver a lo esencial y basico, fundamental.
    Por favor envia estudio sobre manejo del dinero, necesitamos urgente.
    Gracias, y que el Señor los siga bendiciendo y prosperando en el ministerio.

    Jorge

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