No dar el perfil

A mí me gustan las series de televisión  como «Castle»  donde los actores no se corresponden con lo que se supone debiera ser  su papel.  Me traen un amable sentimiento compartido de no encajar  en un rol .

Este mundo tiene perfiles para todo. De peso, altura, capacitación, formas de relacionarte, de como ser cristiano… Y cuando uno no encaja (lo que nos pasa al 99%) en dichos limitantes el mundo presiona haciendo sentir que estamos mal por querer ser nosotros mismos, y trata a toda costa de meterte en el encuadre del dichoso perfil. Lo curioso es que quienes se adecuan a los perfiles podrán alcanzar éxito, pero se sienten igual que los demás, como que algo no encaja.

Así es que el respeto es cambiado por la mirada despectiva y suficiente sobre los ancianos, los niños, los enfermos, los que no tienen dinero… los eternos discapacitados de algo de los cuales yo soy la integrante honorífica .

Dios nos predestinó y nos creó de formas, colores, peso, pensamientos predeterminados. Y si El nos hizo a Su imagen y semejanza, hay perfección y gloria en nuestra imperfección.  Tal vez sea tiempo de dejar de ver todo lo que no somos, y entender que nunca hemos dejado de ser transportadores de la imagen divina, por más empañada que esté. Esa gloria que hay en nosotros, esa gracia, esa chispa de eternidad, no puede ser contenida, y por eso cuando tratamos de ser algo que no somos para adecuarnos a una relación, a un ámbito, o a un trabajo, tendremos como resultado una intensa frustración, y el sello de «no dar con el perfil»…

Ayer veía la película «Mr. Jones». Y pensaba que casi toda mi vida me he sentido un poco como él, queriendo volar, limitada por todo, y no encajando en nada.  La diferencia es que antes pensaba que era yo sola a la que le pasaba eso y ahora entiendo que estamos en esto de vivir juntos, a casi todo el mundo nos pasan las mismas cosas. Que no nos encontramos, que detestamos los límites del perfil y luchamos entre aceptarlos y progresar o tener el valor de romperlos y soportar la soledad del visionario.

De niña fui formada con los cánones de la aristocracia y  cultura europea, no es extraño que no me encontrara cómoda en los círculos argentinos. En mi adolescencia me recluía entre libros y el arte,  que me eran más amables que los compañeros con los que nada compartía. Cuando encontré la única persona con la que me sentía plenamente yo misma, lo perdí por no  ser lo que se esperaba de mí.  Y así seguí en las universidades, trabajos, siempre sintiendo que no daba el perfil. Era como la respuesta en los miles de trabajos donde presenté mi curriculum, estaba sobrecalificada, o no llegaba al perfil (por tanto estaba descalificada). A mí me educaron para no dejarme limitar, así que nunca me preocupó demasiado tampoco «adecuarme»a la mayoría. Y siempre tuve esa sensación de estar un poco ajena a todo. Luego de tomarme las cajas de pastillas en mi adolescencia buscando terminar con la tremenda historia de no lograr ser lo que se esperaba de mi,  pasé por el psiquiatra  que no encontró nada malo en mí salvo mi necesidad de ser aceptada (y quien no?…) y empezé a tratar de vivir con lo que soy, diferente o no, entendiendo que de locos todos tenemos un poco y de diferentes también.  Aún hoy sigo mirando a un costado cuando me entrevistan o me llaman al escenario en alguna conferencia, siempre me siento tan extraña…

Quien no querría una tarde al ocaso pararse en una saliente y volar… volar… Ser libre de la tiranía de las diferencias, de las injusticias, y de las insensibilidades.

Sin importar los años que tengas, ni los miles de rechazos, si te ves diferente,  quiero que sepas que no hay nada de malo en serlo. Ten el valor de no ser una copia sino autenticamente tú mismo, la perfecta creación de Dios hecha a Su imagen y semejanza.   Y si no sabes quien eres (porque para valorarte tienes que saberlo) ama a Dios , y a los demás según la orden diaria de Marcos 12  y en algun recodo del camino del amor (porque el amor encuentra su propio camino) te encontrarás.  Y  en vez de buscar dar el perfil, busca la belleza escondida en todo, porque la esperanza es belleza, como me dijo tan sabiamente un amigo ayer.  Es solo cuestión de ver la belleza en vez de ver la imperfección.  El tema es  ver el potencial en vez del límite.

Repito el cortometraje «El Circo de la Mariposa»que espero te hable de apreciar con respeto la multiplicidad de los demás, y aprender a mirarnos con los ojos del amor real, cuidando unos de otros, ayudando a otros a romper sus límites y expandir fronteras. El corto dura 20 minutos, está en HD puedes ponerlo en pantalla completa.

Si eres diferente y como yo nunca has dado el perfil, ten paciencia, sigue amando y buscando la belleza escondida. Si te mantienes buscándolo, Dios traerá a tu desierto una fiesta de colores y alas para volar.

El único perfil que debes aceptar es la medida de Cristo. Y El jamás te limitará. Crece a El, expande tus límites, despliega las bellas alas de tu corazón y vuela. La senda del justo es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. Proverbios 4.18

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Texto: Edith Gero

Imagen: José Luis Avila Herrera/ vía www.bigxy.com