En la vida no hay lugar seguro ni actividad sin riesgos. Helen Keller.
Miles de oportunidades que nunca volverán se pierden por día porque todos tememos a los riesgos. Pensamos insensatamente (y sigue leyendo si no me crees) que es más seguro quedarse en lo ya establecido, en la costumbre, en lo… ¿seguro? Otras miles de personas viven vidas que no quieren vivir, porque temen perder lo que ya ¿tienen? para seguir aquello por lo que su corazón grita.
Irónicamente lo único seguro en la vida es que hay cosas que Dios ha plantado en cada persona. Y no seguir esa intención urgente del corazón que año tras años nos pesa en el alma, es lo más inseguro que podemos decidir. Tomar riesgos decidiendo por eso que traemos adentro, es seguro. Quedarse en la cómoda rutina, es totalmente inseguro.
La mayoría de las personas es perfectamente capaz de tomar riesgos aún por su vida en temas no prioritarios como deportes de alto riesgo o aventuras. Pero la mayoría se muestra incapaz de abrir el corazón a una relación seria, o decidir cambiar todo por un nuevo comienzo.
Todos tienen océanos que volar… Siempre que tengan el valor de hacerlo. ¿Es importante? Quizá ¿pero qué saben los sueños sobre límites? Amelia Earhart
Estaba viendo la vida de Amelia Earhart y evaluando el tema de tomar riesgos. Mi propia historia es una suerte de riesgos continuos, que hoy he adoptado como norma, y realmente, citando a Amelia cuando su esposo le preguntó que pasaría si no volvía de su aventura, ella contestó «aún así. prefiero haberlo intentado»
Reproduzco un artículo sobre su vida, que tiene mucho para colaborar en empujarnos hoy a tomar algunos riesgos.
Amelia Earhart
• 1928: La primera mujer en cruzar el Océano Atlántico en un avión como pasajera.
• 1929: Primer presidente de «Ninety-nines», una asociación de mujeres pilotos.
• 1930: Marca de velocidad para una mujer: 292,5 kilómetros por hora en un recorrido de tres kilómetros.
• 1931: «Primera persona en establecer una marca de altitud en un autogiro (precursor del helicóptero): 18.451 pies.
• 1932: Primera mujer piloto en volar sola sobre el Océano Atlántico.
En la vida no hay lugar seguro ni actividad sin riesgos. Helen Keller, escritora, conferenciante y defensora de las personas limitadas físicamente, dijo: «La seguridad es más que nada una superstición. No existe en la naturaleza ni entre los hijos de los hombres como una experiencia global. A la larga, evitar el peligro no es más seguro que exponerse a él. La vida es una aventura atrevida o no es nada».
Todo en la vida demanda riesgos. Es cierto que usted corre el riesgo de fracasar si intenta algo audaz porque puede perderlo. Pero también corre el riesgo de fracasar si se mantiene inactivo y no intenta nada. G. K. Chesterton escribió: «No creo en un destino que cae sobre el hombre cada vez que actúa; pero sí creo en un destino que cae sobre él si no actúa». Mientras menos se atreva, mayor será el riesgo de fracasar. Irónicamente, mientras mayor es el riesgo a fracasar (y realmente fallar), mayores son las probabilidades de tener éxito.
Cuando de arriesgarse se trata, creo que hay dos clases de personas: los que no se atreven a intentar cosas nuevas, y los que no se atreven a perdérselas.
Los que no se atreven | Los que no quieren perderlas |
1. Se resisten a las oportunidades. | 1. Encuentran las oportunidades. |
2. Racionalizan sus responsabilidades. | 2. Cumplen con sus responsabilidades. |
3. Persisten en sus imposibilidades. | 3. Se alimentan de las imposibilidades. |
4. Apagan el entusiasmo. | 4. Alientan la llama del entusiasmo. |
5. Analizan sus limitaciones. | 5. Enfrentan sus limitaciones. |
6. Retroceden ante los fracasos de los demás. | 6. Analizan la razón del fracaso de los demás. |
7. Rechazan el costo personal involucrado. | 7. Asumen el costo en su forma de vida. |
8. Reemplazan las metas con placer. | 8. Hallan placer en la meta. |
9. Se alegran de no haber fallado. | 9. Le temen a la futilidad, no al fracaso. |
10. Descansan antes de haber terminado. | 10. Terminan antes de descansar. |
11. Resisten el liderazgo. | 11. Siguen a los líderes. |
12. Se mantienen sin cambiar. | 12. Fuerzan el cambio. |
13. Repiten los problemas. | 13. Buscan soluciones. |
14. Dudan ante sus compromisos. | 14. Cumplen con sus compromisos. |
15. Cambian de actitud ante sus decisiones. | 15. Mantienen sus decisiones. |
Motivación: Prefiero intentar algo más sencillo y tener éxito que algo grande y fracasar. | Motivación: Prefiero intentar algo grande y fallar que intentar algo pequeño y tener éxito. |
Si usted quiere aumentar sus posibilidades de éxito, tiene que arriesgarse.
• 1935: Primera persona en volar sola y sin escala entre Oakland, California y Honolulu, Hawai.
Por el año 1935, Amelia Earhart era una piloto madura y excelente que había hecho lo imposible por alcanzar sus metas de abrir camino para las mujeres y legitimar la aviación comercial. Ella seguramente había creído en el principio de todos los grandes triunfadores: «Si triunfa a la primera, a la próxima intente con algo más difícil» porque eso se advierte cuando ella decidió embarcarse en aventuras mayores. Trató de volar alrededor del mundo. Aquella hazaña ya había sido lograda por un hombre, pero la Earhart intentó seguir una ruta más cerca del ecuador e imponer una marca para el vuelo más largo (para ambos sexos) de cuarenta y seis mil seiscientos sesenta kilómetros.
En marzo de 1935 dio inicio a su intento. El primer tramo lo hizo desde Oakland a Hawai, pero al despegar de Luke Field cerca de Pearl Harbor, se le rompió un neumático y se estrelló, causándole gran daño al avión. Había fracasado, pero no estaba dispuesta a darse por vencida. Trajo el avión a California para repararlo, y empezó a preparar un segundo intento.
Dos años más tarde, en junio de 1937, despegó, pero esta vez rumbo al este. Dijo: «Tengo la sensación que en mi sistema hay un vuelo mejor yendo hacia el este y espero que así sea. De todos modos, cuando termine este trabajo, espero terminar con estos vuelos espectaculares de larga distancia».Para finales de junio, ella y su navegante, Frederick Noonan, habían volado treinta y cinco mil trescientos noventa y ocho kilómetros. Cuando el 2 de julio despegaron de New Guinea estaban llenos de esperanza ya que solo les quedaban once mil doscientos sesenta y dos kilómetros por recorrer. Pero nunca más se les volvió a ver. Aunque los barcos de la marina de los Estados Unidos buscaron diligentemente, no se encontraron ni rastros del avión.
Si durante sus últimas horas alguien hubiese podido hablar con la Earhart, estoy seguro que ella no habría expresado ningún pesar por intentar lo que hizo. En cierta ocasión dijo: «Ahora y siempre, las mujeres harán por ellas mismas lo que los hombres ya han hecho, y ocasionalmente lo que los hombres aun no han hecho, y de ese modo establecerse como personas y quizás animar a otras mujeres hacia una mayor libertad de pensamiento y de acción. Estas consideraciones contribuyeron para que yo hiciera lo que tanto quería hacer».
¿Quién quiere una vida encerrada en la seguridad? Prefiero enfrentar una muerte en el agua a seguir viviendo como un fraude.
Para alcanzar una meta que valga la pena es necesario arriesgarse. Amelia Earhart lo creía así, y su consejo cuando se enfrentó a los riesgos fue sencillo y directo: «Decide si lo que quieres lograr es digno de los riesgos que puedes correr. Si la respuesta es positiva, deja de preocuparte».
La realidad es que todo en la vida tiene sus riesgos. Si usted quiere evitarse los riesgos, entonces no haga nada de lo que apunto a continuación:
No conduzca un automóvil. Son la causa del veinte por ciento de los accidentes fatales.
No viaje ni por aire, ni por tren, ni por agua. El dieciséis por ciento de todos los accidentes ocurren en esta actividad.
No camine por la calle. El quince por ciento de todos los accidentes ocurren allí.
No permanezca en su casa. El diecisiete por ciento de todos los accidentes ocurren en la casa.
Texto inicial: Edith Gero
Imagen: 1,000,000 Pictures
En la vida no hay lugar seguro ni actividad sin riesgos. Helen Keller, escritora, conferenciante y defensora de las personas limitadas físicamente, dijo: «La seguridad es más que nada una superstición.