Esperando la lluvia
Esperando la lluvia

Esperando la lluvia

«En Palestina se sembraba para los meses de octubre y noviembre. Y esperaban la lluvia temprana, que era la que caía para esa fecha. Despúes, para diciembre y enero, caían chaparrones esporádicos que  mantenían la semilla. En  febrero y marzo caía un gran aguacero   que le llamaban  la  lluvia tardía. Esa era la que terminaba de regar bien la tierra para que hubiera buena cosecha.   Después de la lluvia tardía el pueblo se preparaba para recoger la cosecha»- Rubén Guillén-

Una vez que salimos del desierto, se puede sembrar. Hay agua otra vez y los tiempos corren sin dificultad. Las manos se apresuran a la tarea.

Hay distintas lluvias que vendrán sobre las semillas, hasta que podamos ver el fruto maduro al sol. O hasta que tengamos por pelear por él.

Sembrar nos parece sencillo.  Pero antes de la siembra y aún a veces en tiempos intermedios, los de los chaparrones esporádicos, hay un tiempo para que la semilla prenda corectamente, y se nutra bien

Es el tiempo de remover la tierra.

Y duele, porque Dios viene con su pala mecánica, y da vuelta los terrones, exponiendo todo lo guardado, para que nuestra tierra respire, y se nutra.

El dá luz, sobre lo antiguo y permite que sea tratado  de formas correctas.

El proceso suele no gustarnos. Venimos con sabor a sequía del desierto y de repente , el nuevo proceso aparece y somos sacudidos. No nos fascina cambiar.

Pero toda la vida es cambio y crecimiento.

Antes que la lluvia tardía termine de producir el fruto abundante en tu vida, la obra de Dios seguirá moviendo tu vida, hasta que Su luz admirable penetre el último rincón, y seas hallado apto.

Deja tu tierra en manos del Eterno Dios, y espera por la lluvia tardía.

Michael W. Smith en «let it rain»

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