Si tu día se ha vestido de gris y las alarmas de problemas no paran.
Si las horas han estado tan llenas de desaliento que la angustia te tomó el alma.
Si crees que ni la reserva extra de fuerzas te alcanzará….
Recuerda que Dios no te olvida y levanta tus ojos al Cielo de dónde vendrá tu socorro.
Dios nunca nos quita de Su pensamiento, Él prepara siempre Su Gracia y Misericordia para ayudarnos mientras espera que entendamos que las pruebas no son piedras en el camino para hacernos caer, sino la escuela dónde nuestra fe puede crecer y nuestro carácter ser afirmado.
Renueva tu fe. No es tarde para luchar, nada se termina hasta que Él lo termina. No estás solo, el Cielo está a una oración de distancia.
«Clama a mí y yo te responderé» Jeremias 33.3
Texto: Edith Gero
Foto de David Monje para Unsplash
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