Depresión, una palabra que ronda hoy por todos lados, la hemos catalogado, diagnosticado, recetado y auto medicado. Pero pocos, pueden con ella. La prevención en esta materia, nunca llega a tiempo. Para cuando te das cuenta que estás deprimido, ya no tienes ganas ni de levantar un dedo,
menos de ir a ningún lado, ni de hacer nada. La esperanza no está. Respirar pesa. Todos los días son nublados. Fueron años difíciles aquellos, donde la depresión dominaba mi vida con su carga de grises sin matices ni colores.Mi vida era una rutina, mi cuerpo funcionaba en modo automático. La depresión es una tristeza tan invalidante, que no es ni angustia, ni dolor. No te quema, no te convulsiona en llanto, te deja inerte. Te quita fuerza.
Te sumerge en un total desgano por todo. No dudo que se produzcan trastornos físicos, no hay apetito, o nos pegamos atracones de cosas poco saludables, no hay ganas de cuidar el cuerpo. A veces se asocia con un intenso stress que desbalancea el organismo.
“Cuando no hay en tus ojos brillo ni emoción, y se cierra tu boca porque no hay canción” canta Jesús Adrian Romero
Que yo cante hoy, es un milagro. Es el fruto de un Dios que todo lo sana y lo renueva. Los cantantes conocemos esa realidad. Cuando hay depresión los músculos que rodean las cuerdas vocales se cierran, no hay canción, es imposible cantar, pones tensión donde no debes porque la garganta se cierra, hay como un nudo ahí.
Yo puedo hoy cantar, no por un proceso profesional sobre mi voz, sino porque dejé de estar distraída, y al mirar a Jesús, El, quitó mi depresión y liberó mi voz para cantarle.
Espiritualmente, la depresión es un lazo, algo que nos ata y nos impulsa hacia abajo, como una piedra al cuello mientras nadamos, es difícil no irse al fondo. Es algo real, te arrastra hacia abajo.
Ella y sus asociados, tristeza, angustia, falta de fuerza, enfermedad, atacan todo nuestro ser, el espíritu creando lazos, el alma con sentimientos de angustia, dolor, el cuerpo con desbalance hormonal, debilidad. Y ataca a todos, sin límite de edad ni condición social.
El niño que vivió violencia en su casa y se sienta solo en el cordón de la vereda, el anciano al que ya nadie mira porque el mundo es de los jóvenes según proclaman los medios. La mujer abandonada, la adolescente víctima de abuso. El hombre que perdió su trabajo, el virus invisible de la depresión no tiene límites donde atacar.
Cuando dices “estoy deprimido” nadie le da demasiada importancia, te recetan chocolates, vitaminas del complejo B y terapia. Pero los que alguna vez la pasamos, sabemos que es, tirarse en una cama, y no desear levantarse más. O poner la cabeza entre las manos, y pensar, como terminar la tortura de la vida….
Era el verano del año pasado y yo charlaba cálidamente con mi familia en el campo, hasta que de pronto pregunté por un viejo amigo que no veía hace años, mi gran amigo de mi niñez, así me contaron que una mañana, se encerró en su oficina y se pegó un tiro.
Me causo un dolor como un cuchillo. Aun lo recuerdo, defendiéndome de los ataques de nuestros compañeros de colegio, lo recuerdo en el jardín de casa, cuando jugábamos en mil aventuras inventadas. El era hijo de una persona muy importante del lugar, su futuro, estaba trazado en letras doradas…. Él siempre era el mejor.
Todo es negro y oscuro alrededor en la depresión, como una inmensa sombra, la piedra al cuello tira de nosotros hacia abajo. Sombras de muerte danzan a nuestro alrededor.
La hermosa presentación de abajo sobre una reflexión de Facundo Cabral nos da una mirada a uno de los componentes de la depresión, y es estar distraído de la vida. Olvidado de la vida. Porque la depresión nos encierra en un circulo donde solo nos vemos a nosotros y a nuestro dolor.
La depresión es una de las características de una persona quebrantada. Y el quebranto trae en su primer momento el girar alrededor de uno mismo. Nos distraemos de todo lo externo, nos volvemos incapaces de amar, no podemos extendernos a otros, no somos libres para amar. Hay un tiempo egoísta de centrarse en si mismo, y hay un buen egoísmo que lleva a confrontarnos y buscar soluciones (para mas explicación solicita el articulo “relaciones a medida).
La primera solución a la depresión parte por salir de la oscuridad que es su compañera rompiendo el silencio, cumpliendo el paso de llevar la oscuridad a la luz del Señor, para que todo lo que se dijo en las tinieblas de nuestro corazón dolido se vea a la realidad de la luz de Dios. Consulta el articulo “rompe el silencio”
“Dios es luz, y no hay ninguna oscuridad en El” 1 de Juan 1.5
El único remedio efectivo 100%, disponible todo el tiempo, a toda hora, es Dios.
Su luz admirable barre, las sombras de la depresión.
El vino a traernos vida, y vida abundante, vida que anula el poder de la muerte.
El trae esperanza, mediante la fe.-
El trae fe, en un mañana distinto.
El renueva las fuerzas al que no tiene, y le multiplica, al que ninguna tiene.
Cuando el enemigo de los hombres trae la depresión, Dios, ya tiene desde antes, el antídoto.
Volverse a Dios, es la cura del mal de la depresión.
Si tú has recibido al Señor Jesús en tu vida, puedes aprender a usar la renuncia y la declaración de Su palabra como el arma básica para luchar con la depresión, hasta que la sombras se retiren.
Si aun no crees en el Señor, te invito a darle una oportunidad, de que El te muestre como Su poder trata con nuestras tormentas y sombras.
Dios es vida abundante, colores vibrantes, esperanza, sin límite, fe aumentada, fuerza sobrenatural, y amor sin igual.
No vivas una vida en tonos grises. No pierdas el hoy. No te distraigas, concéntrate en lo correcto. Alcanza el objetivo mayor.
Rinde tu vida ante el Dios del Universo, ármate de Su fuerza y gozo, y corre la buena carrera , sin distraerte, puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.
Hoy, tu decisión de vida puede cambiar todo tu futuro. No mires lo que ocurrió, hoy puede ser el minuto uno, de la hora uno, de una vida nueva, vivida en plenitud.
Dios renueva cada día, sus misericordias sobre nosotros, Sus ojos y su amor están sobre la tierra, solo vuélvete a Él, no estés distraído…..
Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa”. Isaías 41:8-10 (NVI)
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hola
bueno el saludo era solo para probar el enlace
Bueno estoy pasando un problema muy grande y si bien es cierto estoy en estos momentos asistiendo ya a una iglesia cristiana aun me siento mal .el asunto es este mi esposa se fue de la casa y se llebo ami hija de 5 años bueno se ha ido con otro hombre y no se nada de ella ni de mi hija y estoy desesperado y en mis oraciones pido a dios para que regrese con mi hija pero ya pasaron 15 dias y siento que Dios no me responde quisiera que me ayudaran a decirme de que manera puedo orarle a Dios para que me escuhe pronto.
Gracias Señor, por tus palabras de aliento y como dice tu misma palabra que hay hombres que cuyas palabras son como golpes de espadas.Pero las tuyas son unguento a mi alma.TE AMO SEñOR, GRACIAS POR HACERNOS ESTE DIA TAN ESPECIAL.