Una de las definiciones acerca de estar mentalmente sano nos dice que: es tener la capacidad de entender y vivir la realidad diferenciándola de la fantasía. En el otro extremo una persona comienza a enloquecer cuando de tanto apegarse a una fantasía termina por volverla su mundo, para alejarse del mundo real y vivir en ese mundo ideal inventado.
Millones de personas están más cerca de vivir cada día como una fantasía que apegados a la realidad. Todo el que vive preso en el pasado o idealizando un futuro que termina no llegando nunca está ajeno a lo real. Del pasado ya sólo nos queda una cierta idea y vivir en esa idea es otra fantasía, que algunos construyen para poder escapar al horror vivido, y otros para salir del anonimato en que nacieron. En el otro extremo (ah… los extremos, seguimos hablando de equilibrio) algunos viven insatisfechos del hoy y todo lo proyectan hacia un mañana ideal que les permita superar el angustioso y rutinario hoy; muchos de ellos terminan como el cuento de la niña que llevaba la cesta de huevos haciendo números de lo que haría al venderla para finalmente tropezar y ver rota su fantasía. Como a la niña les pasa a miles, por vivir atrás o adelante en algo que no existe ni ven las piedras del camino de hoy que sí es necesario y urgente quitar para poder avanzar.
No estoy hablando de no tener sueños, los sueños son el destino divino preconcebido que nos da propósito y la esperanza la fuerza que nos empuja hacia un fin determinado. Pero vivir en una fantasía quita tiempo y fuerza, y crea un mundo irreal que te va envolviendo hasta que no se logra distinguir que es lo real y qué es una divagación.
El amor romántico es un ejemplo claro: una cosa es ser romántico, que me parece algo hermoso y fruto de nuestra naturaleza amorosa, al romántico pueden gustarle la música lenta o clásica, la ternura y las atenciones con los demás; pero el amor romántico es un amor que idealiza al otro y lo que desea del otro, para entrar en un juego enfermo de reclamos y sufrimientos al no lograr encajar el ideal con la persona real. Cuando hablamos de pareja (aunque es válido para todo) hemos hablado que el amor real deberá enfrentar y superar la etapa de quitarle al otro todo lo idealizado y ser capaz de reelegir al otro como es, y hemos llamado a esto desenvolver a la persona del “packaging” con que lo vestimos inicialmente.
Pero tales fantasías no sólo se dan en la pareja, sino también en el trabajo, la relación entre padres-hijos y prácticamente en toda la vida. Tal es el caso de los hijos que no cumplen el “ideal” de los padres y se deciden a asumir sus propias decisiones, produciéndose muchas veces un cisma familiar que es fruto de la incapacidad de los padres de reconocer que la ruta soñada para su hijo solo vivía en su fantasía. También es el caso de los primeros tiempos en un trabajo dónde todo se vuelve positivo e increíble para pasar luego a la realidad con sus altos y bajos.
Algunas personas no logran superar el paso cuando la fantasía se quiebra, y comienzan lentamente a vivir hacia adentro replegándose a un mundo de fantasía interior. Si lo sabré yo que lo viví…. Pero la vida no espera por nadie, y quien quiera ser restaurado y tener un sano crecimiento debe acostumbrarse a abrirse, vivir lo que el día trae con sus oportunidades, fracasos y sueños fallidos como diría el poema e intentar mantenerse atento a los cambios que se presentan en el camino. Dejando para el futuro una buena carga de fe (y previsión por supuesto) y dejando el pasado en las manos del único que puede sanarlo: nuestro amoroso Dios.
Muchos de los cristianos también tienden a negar la realidad y en vez de salir al mundo y compartir lo que les fue encomendado se encierran entre cuatro paredes y ni el periódico leen, terminan por desconocer por completo el mundo al que deberían bendecir. Y ese comportamiento es tan sectario… (hablo por mi propia experiencia en sectas) y tan alienante que muchos de ellos terminan con problemas psiquiátricos. Fuera de la realidad, ya sea la laboral, la relacional o la de la vida diaria.
Ahora, entre realidad y fantasía ¿cómo podemos salir de nuestras fantasías y entender y vivir la realidad? Lo primero por supuesto es realinearnos con Dios, porque dentro de las mil realidades y formas diferentes de abordarla Él es el centro, la razón y el equilibrio.
Lo segundo es confrontarnos a nosotros mismos a través de la intervención de personas maduras que nos ayuden a vernos y cambiar lo que debemos.
Lo tercero es confrontar el mundo, no valen los llaneros solitarios, vivimos en un mundo compartido con miles de millones, somos parte del todo, y necesitamos conocer las opiniones, formas y colores de los demás. Las diferencias nos nutren porque así fuimos hechos. En vez de vivir replegados a nuestra zona de confort es imperativo salir, ver, indagar, leer, estar abiertos a aprender.
Miles de personas pierden miles y miles de horas en internet haciendo cosas irrelevantes como tweets sin sentido o leyendo el devenir de la farándula. Internet es una herramienta preciosa dónde puedes leer todos los diarios del mundo, revistas ciéntificas, enciclopedias, mirar arte y escuchar música de todos los géneros, estudiar y crecer en lo relacional si es tomado en serio. Pero la vida no puede pasar por internet solamente, ni tampoco por un Smartphone. Necesitamos volver a leer por las noches continuamente, los libros son puertas abiertas a conocer y ver infinidad de pensamientos de otras personas y culturas. Necesitamos también tener el valor de afrontar conversaciones cara a cara sin escondernos en un chat, tener el coraje de soportar las diferencias del otro y que se note nuestra cara de disgusto y que se pueda hablar sobre ello.
Porque es esa confrontación la que nos enriquece y nutre.
En todo ámbito de la vida vivir en la burbuja de la fantasía y los ideales es patológico. Hay personas ricas que se aíslan en su riqueza y dejan de entender la realidad, yo he conocido personas que no compran sino en un shopping porque les “molesta” el contacto con quienes creen que no son de su nivel social, y he conocido personas pobres que tienen miedo de relacionarse con otros porque creen no poseer lo suficiente. No sé cuál fantasía es mayor, si la del rico que derrocha mientras la gente se muere de hambre o la del pobre que cree ser menos confundiendo ser con hacer o tener.
La vida no pasa por lo que queremos de ella, simplemente pasa a cada segundo y nos pasa a todos, te aísles de ella o la disfrutes y enfrentes como es. Una buena actitud de querer conectarnos no sólo con nuestra propia realidad sino con la de otros nos permitirá crecer sanamente y tener mayores herramientas para enfrentar los quiebres.
Te pido que tomes unos momentos para entrar en el link de la página de abajo, y mires las cifras mundiales cambiando ante tus ojos, y recuerda que una cosa es publicidad y otra información, lo que te venden en la televisión o internet mucho es publicidad, examina lo que realmente ocurre en el mundo, eso te permitirá situarte mejor y ver un poco más que puedes hacer por ti mismo y por los demás.
Me gustaría dejarte unas cifras de muestra pero cambian segundo a segundo, por eso te invito a ver especialmente los ítems de abajo y asombrarte con las cifras.
http://www.worldometers.info/es/
Población mundial a hoy
Libros publicados este año
Dinero destinado a videojuegos hoy
Tweets envíados hoy
Deforestación este año en ha.
Personas desnutridas en el mundo
Personas obesas en el mundo
Personas sin acceso al agua potable
Días hasta el fin del petróleo
Días hasta el fin del gas
Abortos este año
Cigarrillos fumados hoy
Gastos mundial en drogas ilegales este año
Texto: Edith Gero
Imagen: Nuevas Imágenes Fantásticas by www.bancodeimagenesgratis.com